A los padres ni «¡uf!» – ejercicio para sanación de los padres interiores

Carta a los padres interiores.

Muchos, sino todos, los conflictos psicológicos que presentan los pacientes en la clínica están referidos a temáticas sin resolver de sus primeros años de vida, especialmente con sus progenitores. Dicen los hombres de sabiduría de oriente, y los estudios realizados por doctores en psicología de occidente lo confirman, que nuestro carácter se forma en los primeros 7 años de vida, cristalizándose hacia los 12, en la entrada a la adolescencia.

Los resquemores y juicios que guardamos hacia nuestros padres se instalan en la estructura de nuestra personalidad, de tal manera que si estos son muy fuertes, ante la impronta de nuevas situaciones vitales en los cuales tenemos que responder ahora nosotros como adultos, afloran conflictos internos que nos impiden desarrollar nuestra vida satisfactoriamente. A esto se lo llama crisis evolutiva, la cual no tiene por qué ser una crisis si tenemos las bases para tolerarlas, pero ¿las tenemos?

Genéticamente estamos hechos de papá y mamá, somos a nivel físico %50 papá y %50 mamá. Si nos hemos convertido en gran medida jueces de ellos, imputándolos por diferentes crímenes, justificada o no nuestra actitud en la vida adulta no hará sino ponernos más trabas a nuestra evolución. Es decir, si somos mitad mamá y mitad papá, esos juicios y rencores a nivel subconsciente no están dirigidos sino hacia nuestra propia estructura de personalidad subyacente.

Lo que estamos explicando es la causa de tantísimas enfermedades psicosomáticas, especialmente las denominadas “autoinmunes”.

Es imperioso purificar nuestra sangre, así lo denominan los sufis, alegando una famosa frase del Corán donde dice que a los padres no hay que decirles “ni uf”. Pero no nos detenemos ahora en aspectos morales, o en todo caso una moral más objetiva, más sanadora… más inteligente.

Seguramente tengamos razón en muchos de los juicios que hacemos hacia nuestros educadores, aunque tal vez la mayoría de las veces seamos exagerados por olvidar nosotros, gobernados por un niño demandante interior, que ellos mismos son personas comunes y silvestres, susceptibles de cometer errores como cualquier otro, no son semidioses como pretendíamos antaño, y ahora inconcientemente.

Lo más inteligente es perdonar y, seamos tajantes, aunque nuestros padres hayan sido de lo peor, aunque exteriormente lo apropiado sería denunciarlos, interiormente lo más sano es perdonar, interiormente reitero.

Este trabajo es arduo para algunos y ligero para otros, según como se hayan comportado sus padres con ellos, y más especialmente dependiendo como ellos haya recibido e interpretado esa conducta. Hay veces que niños educados de la misma manera por los mismos padres tienen opiniones muy distintas de ellos…

Sin más rodeos, a continuación les ofrezco un ejercicio de sanación interior para ese niño interno enojado con nuestros padres, del cual a veces somos concientes y otras no, y también para nuestros padres, pero a nivel intrapsíquico, sin requerir cambiar a nuestros padres exteriores, es para sanar a nuestros arquetipos paternos interiores.

(Es importante que tomes nota, ya que esto es una desgravación explicada y quizás te sea más fácil luego acudir a tus notas para recordar como se hace.)

Carta a los padres

Receta:

2 velas violetas, si no conseguís pueden ser blancas, de esas chiquitas que sirven para horno de aceite.

Una foto de tu mamá y una de tu papá, si no conseguís por separado puede ser una en la que estén juntos.

Uno o dos portarretratos, dependiendo de la cantidad de fotos que conseguiste.

Birome y papel.

Algún tacho, que puede ser una cacerola vieja o algo así.

Dos sobres, los cuales pueden ser reemplazados por cualquier otro material que sirva de sobre.

Una tijera o cortapapel.

Ejercicio:

Vas a escribir 2 cartas, una carta para tu mamá y otra carta para tu papá. Primero al progenitor del sexo opuesto, luego al del mismo sexo. Y que cada carta sea escrita separados por 3 días.

Ahora voy a indicar en qué condiciones escribir la carta, se puede escribir lo que se desee pero bajo las siguientes condiciones:

Esta carta no se la vas a dar a tus papás, hay gente que se la ha llegado a dar pero es muy excepcional, ¿por qué? Vas a escribir cosas a pecho abierto, cosas que puede ser que a ellos los lastimé y no es la idea de este ejercicio lastimarlos, no tiene nada que ver con eso. Como dijimos, en verdad está dirigida a tus padres interiores, no a tus padres exteriores.

Escribir la carta a la noche, que sea lo último que haces antes de ir a dormir… Es decir que si tenés pensado ir al cine, tener relaciones con tu pareja o lo que sea, entonces ese día no escribas la carta o procurá hacer lo otro temprano, para después poder escribir la carta en un rato en el que nadie te moleste, nadie te interrumpa, en el que estés totalmente sólo

Prendes una vela Violeta, ubicas en el portarretratos la foto de tu mamá (suponiendo el caso de una carta escrito por un hombre) como mirándote, agarras el papel y la birome… Si en la foto hay más personajes además de tu mamá, simplemente tapá con papelitos en el portarretrato a las otras personas que están en la foto, para que cuándo escribas la carta tengas la sensación de que estás íntimamente, hablando con tu mamá, de hecho de vez en cuando, mientras que escribís la carta mirá la foto.

La carta va a estar dividida en tres partes más el final, tres títulos de la carta más el final… Vas a poder poner lo que quieras en las cartas, simplemente estoy organizando cómo lo vas a poner, lo que es parte del ejercicio, y te agregaré algunos temas que quizás no pensabas poner si la escribías naturalmente.

1) la primera parte de la carta: La primera parte de la carta se llama Reproches, en esa parte vas a escribir todo lo que vos le reprochas en este caso a tu mamá. Allí tenés que escribir sin inhibiciones, sin culpas, lo que vos sientas, incluso si sentís que hay cosas que ya le has reprochado en el pasado y ya le perdonaste ponelas, por si quedó algún atisbo, algún átomo de reproche inconsciente de eso. Y todo lo que vos le reproches ahora. Pero supongamos que hay muchísimas cosas que vos le reprochas. Supongamos, para ser extremos, que te pegaba todos los días durante 10 años, si vos llegas a escribir todas las veces que te pegó no te alcanza la noche, no te alcanza un cuaderno entero, entonces en ese caso tenés que poner la “Gestalt”. La Gestalt es “la parte que representa al todo”, con que pongas una, dos o tres veces de lo que pasó, lo que representa a todas, allí podes sentirte como que está hecha esa parte. O si por el contrario, sentís que no tenés nada que reprocharle, tenés que buscar qué cosas les has reprochado de chico quizás.

2) Segunda parte de la carta. La segunda parte de la carta se llama Agradecimiento. Allí ponés todo lo que vos le agradeces… y ¿con qué se empieza? Con que te dio la vida. Si ella no te hubiese dado la vida, si tus papás no te hubiesen concebido no tendrías ni la oportunidad de escribir esta carta para perdonarlos. Cada cosa que vos disfrutas en la vida, el arte, el sexo, el deporte, lo que sea, es gracias a ellos. Porque a través de ellos se expresó un atributo divino, sin siquiera ellos se den cuenta seguro, pero sí fue. Se expresó “El Creador”, se actualizó “El Dador de Vida”, se manifestó Dios…

Muchas veces uno de los progenitores, generalmente el padre, lo único que hizo fue poner el esperma y se fue, se borró y nunca más apareció. Empero solamente por ese acto ya hizo algo que a vos te dio Vida, se manifestó el atributo de la Misericordia con vos, a través del papa borrado, en ese momento.

Incluso, muchas veces las personas con un padre borrado se da cuenta de grande puso un gen, con el esperma o el ovulo vinieron cierto genes. Entonces el papá que no lo vio nunca en la vida era músico y la persona tiene ciertas capacidades para la música, o la mamá que era pintora y lo dio en adopción y ahora tiene capacidades de generar arte, entonces terminan agradeciéndole más cosas que sólo el esperma

A veces uno no sabe lo que es… hay que tener hijos para darse cuenta lo que es despertarse varias veces a la noche, cambiar los pañales, renunciar a deseos, renunciar a viajes, renunciar a proyectos por todo lo que es mantener a una criatura, etcétera… y después las cosas que te acordás, te dejó jugar, que te dejó subir a un árbol, un día (hay padres que no lo permiten). O te llevó a hacer cierto deporte, cierta práctica, todo lo que vos quieras poner. Pero, lo mismo que con la otra parte de la carta, si sentís que es mucho solo la Gestalt. Y si sentís que no hay nada, como le pasa a mucha gente que no le quieren agradecer nada, es mentira porque te dio la vida, te dio los genes… Yo le digo a mis pacientes: -Bueno vos decís que tu papá no te dio nada bueno… pero ¿vos tenés relaciones sexuales? –Si. – ¿Y disfrutas de las relaciones sexuales y de tus orgasmos? – Si. –Bien, cada orgasmo que tenés es gracias a tu papá qué te dio la vida… ¿qué otra cosa disfrutas? – Me gusta pintar. -Cada pintura que haces es gracias a tus padres qué te dieron la vida.

O también, en la parte de los reproches me olvidaba, se pueden reprochar los genes, si tenés un papá que era un empresario que estaba todo el día trabajando, se reprocha a la parte de que estaba todo el día trabajando y no te dio afecto, y se agradece la parte que gracias a eso le dio un buen pasar económico y capacidad para generar recursos.

3) La tercera parte de la carta es la parte del Perdón. Obviamente que en esa parte entonces lo que se hace es perdonar, ¿pero cómo? Yo te voy a decir cómo, poné lo siguiente, que a partir de todo lo que pusiste en la segunda parte de la carta le perdonas, le disculpas absolutamente todo lo que pusiste en la primera parte de la carta… ¿por qué? Porque si vos pones en una balanza todo lo que pusiste en la primera parte de la carta y lo que pusiste en la segunda parte de la carta, esto último pesa muchísimo más simplemente por el hecho de que allí está que te dio la vida, con todo lo que eso conlleva.

Ahora, lo importante es sentirlo, poné lo que sentís, vos podés poner mil palabras pero si no las sentís no sirven para nada, podés poner dos líneas te perdono todo papá y mamá, listo, si lo sentís sirvió mucho más. Por eso la foto, por eso la vela violeta; el color violeta es el color de la transmutación, de la trasformación y la sanación.

Y, como esta parte de la carta que se llama Perdón, también podés agregar disculpas de tu parte, si sentís que le querés pedir perdón por algo que hiciste, que le dijiste alguna, vez que lo lastimaste, podés agregar ahí y pedir perdón… Y, como yo le digo siempre a mis hijitas, Zainab y Abigail, cuando me enojo con ellas, me dicen -Perdóname papá por favor. Y yo les digo -Yo soy tu papá y siempre te voy a perdonar todo… pero cada vez que te mandes una macana te voy a retar, perdóname vos, es mi deber.

Y después la firma final: Firmás la carta, le pones tu nombre y te despedís, así: “Con cariño y tu hijo/a …” (tú nombres o como te llaman) la firma y te despedís… O “te quiere mucho …” como quieras despedirte.

¿Cómo continúa este ritual? porque esto es un ritual, de la siguiente manera: Agarrás la tijera o cortapapel y cortás la parte de la firma, separás esa parte del resto de la carta, que quede separada la parte de la firma con todo el resto de la carta, la parte de la firma y la despedida con cariño tu hijo… Todo lo que es reproche, agradecimiento y perdón queda por otro lado

Y ahora, con MUCHO CUIDADO, lo que vas a hacer ahora con extremo cuidado, todo lo que es la parte grande de la carta, de reproches, agradecimiento y perdón, lo ponés sobre la vela violeta para que se prenda fuego con esa llama, y que se queme absolutamente toda la carta, dentro de la cacerola o cacharro de metal. Si te parece que es peligroso, que no estás en un lugar seguro porque hay alfombra en el piso o porque hay mucha madera o por lo que sea, te vas a hacerlo al baño, al balcón, cocina, patio, terraza o a donde sea. Es muy importante que lo hagas con cuidado, hasta que se haga completamente cenizas.

Las cenizas de la carta las tirás dentro de uno de los sobres, y a esos sobres le pones el nombre de cada quién corresponda la carta. La firma la dejás allí o la podés guardar en el sobre, como te sea más cómodo, y dejás todo allí como velándose toda la noche, sin apagar la vela, y te vas a dormir, queda todo allí toda la noche.

Al otro la vela ya apagada, totalmente consumida, la tirás a la basura, lo que recomiendo enfáticamente hacer con la foto es que el mismo portarretratos sacarle los papelitos que tapaban los otros personajes que había en la foto si es el caso, y ponerlo en tu casa, que pase a ser parte del decorado de tu casa, un retrato de tu mamá y de tu papá. Y las cenizas, identificando las de tu mamá o las de tu papá, la guardas y listo.

Después de 3 días, tiene que estar como más cerca tres días y como más separado dos semanas, que no pase de 15 días desde que haces una carta ni sea más cerca de 3 días una de otra. Si ya hiciste la de tu mamá haces la carta de tu papá y viceversa, exactamente con las mismas condiciones, exactamente lo mismo, podés usar la misma foto si estaban los dos e ir tapando uno y otro.

Regalos:

Después de hechas las dos cartas, el ritual continúa de la siguiente manera: tenés que comprarle un regalo a tu mamá y un regalo a tu papá. No hace falta que sean grandes cosas, con que les compres un chocolate, una taza que diga “para el mejor papá”, no importa, una pavada, no tiene que ser gran cosa. Si por ejemplo uno de ellos está muerto, o los dos, le llevas flores a la tumba, o si están en cenizas, donde hayas arrojado las cenizas. Si no podés llegar donde las arrojaste hazlo en un lugar simbólico, donde les gustaba ir o les gustaría, ¡utilizá la creatividad! Lo que no te tiene que frenar es el miedo, por ejemplo, no vale no ir al cementerio por miedo… hay que hacer el esfuerzo, si no se hace un esfuerzo no se obtiene nada.

Otra característica que tiene que tener el regalo es que no debe coincidir con otro ritual simbólico social, por ejemplo, si justo coincide con el día de la madre o el día del padre o el cumpleaños, no tenés que llevarle un solo regalo que equivalga para las dos cosas, tenés que llevarle dos regalos, porque tiene que tener un simbolismo distinto, el Día del Padre tiene un simbolismo y la carta que vos hiciste tiene otro, si coincide llévale dos regalos. Tienen simbolismos distintos.

Y otra característica es cómo lo vas a entregar, vos podés ir si tus papás están juntos un solo día para matar dos pájaros de un tiro, y llevas un regalo a cada uno, o si es separado un día vas a la casa de tu papá y otro de tu mamá. También, si están separados, podrías hacerle la carta a tu mamá y le llevas el regalo a tu mamá, y después le haces la carta a tu papá y después le llevas el regalo a tu papá… podés dividirlo de esa manera como vos prefieras, o sea, en esto el orden de los factores no altera el producto. Incluso podés primero comprar el regalo y después escribir las cartas, no hace falta que escribas las cartas para después comprar los regalos, esa es otra característica del regalo.

Para entregar el regalo: Tenés que tener una bolsa y el regalo. Al regalo, que puede estar envuelto o no, le tenés que pegar la firma “con cariño tu hijo…”, le pegas la firma de forma visible, y luego este regalo lo metes adentro de una bolsa y adentro de la misma bolsa tiras las cenizas de la carta que estaba en el sobre y el sobre lo podés tirar, es decir que cuando tu papá y tu mamá reciban el regalo va a estar un poco sucio con cenizas, no importa. Si son muy obsesivos se van a dar cuenta de las cenizas, sino no, a lo sumo dirán está un poco sucio esto, y ahí le pones cualquier excusa, no importa… le podés decir que se te cayó un poco de habano adentro, o que el auto estaba sucio y se te cayó algo.

Conclusión:

Esto es un ritual simbólico. Para tu mente inconsciente va a equivaler a haberlo hecho en lo real, como si vos les distes las cartas enteras a ellos. Además, después de hacer algo negativo hay que hacer algo positivo, después de haber escrito los reproches hay que perdonar y llevarle un regalo. Esto compensa el aparato psíquico, y ayuda trasmutar la sombra en luz, esos reproches a veces sumergidos, a veces no tanto, en la sombra, hacia los padres, hacia nuestros padres interiores, lo que nos traba interiormente. Y no solamente haber perdonado, agradecer.

La gratitud y el perdón van juntas como alas de una paloma, esta paloma se llama felicidad, y no puede volar sin que sus alas funcionen en armonía.

Lic. Gastón Gandolfi
www.gastonbgandolfi.com

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